Millones de personas quedaron sin electricidad el miércoles en el occidente de Cuba, incluida La Habana, tras “una desconexión del Sistema Electro-energético nacional de la parte occidental”, informó la empresa eléctrica de la capital. En la capital, “hubo una ‘afectación general (…) No hay servicio eléctrico’”, añadieron las autoridades.
El corte, que impactó varias provincias del oeste, se produce en medio de una crisis energética prolongada marcada por averías en plantas envejecidas, mantenimientos extendidos y falta de combustible, factores que desde hace dos años han provocado apagones masivos y cotidianos en gran parte del país. Las agencias de noticias han documentado en los últimos meses fallas a gran escala —incluida una caída nacional en marzo— que evidencian la fragilidad del sistema eléctrico cubano y la recurrencia de grandes déficits de generación.
Cuba arrastra una infraestructura eléctrica “vetusta”, con termoeléctricas inauguradas en los años 80 y 90 que con frecuencia salen de servicio o reducen carga para mantenimiento, lo que deja amplias zonas del país sin suministro por horas. En esa coyuntura, el régimen ha señalado repetidamente al embargo financiero y comercial de Estados Unidos como un obstáculo para acceder a equipos y repuestos, mientras fuentes oficiales y reportes de prensa describen esfuerzos intermitentes por sumar generación temporal y solar para amortiguar los déficits.
En La Habana, donde viven alrededor de 1.7 millones de personas, las interrupciones paralizaron semáforos y servicios, y provocaron colas en puntos de abastecimiento de agua y combustible. El corte se percibió a primera hora de la tarde, y se extendió por varios municipios con reportes de edificios residenciales y comercios a oscuras. No se informó de daños personales asociados al apagón.
La compañía eléctrica de la capital no detalló de inmediato la causa puntual de la “desconexión” ni el tiempo estimado de reposición del servicio, que suele requerir un proceso de arranque gradual de unidades térmicas y sincronización de líneas troncales de transmisión para evitar nuevas caídas del sistema. En episodios previos, las autoridades han descrito cortocircuitos en subestaciones y disparos en cascada de líneas de 220 kV y 110 kV que terminan afectando la isla completa o grandes bloques regionales.
Los habitantes del occidente del país han padecido en los últimos meses apagones que, en ocasiones, se prolongan por buena parte del día, fenómeno atribuido por la estatal Unión Eléctrica a indisponibilidad de unidades por roturas, falta de lubricantes y diésel, y paradas programadas. Aunque el gobierno ha anunciado nuevos parques fotovoltaicos con apoyo extranjero, analistas señalan que su despliegue —y su integración con redes y almacenamiento— aún no compensa la caída recurrente de capacidad térmica.
La empresa de distribución pidió “comprensión” a los usuarios y recomendó desconectar equipos sensibles hasta el restablecimiento del servicio para evitar daños por fluctuaciones de voltaje durante las maniobras de reconexión. No se anunció, al cierre de esta edición, un cronograma de reposición por zonas.
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